lunes, 24 de agosto de 2015

Capítulo 25: El de cuando el tifón número 15 cambió nuestros planes

Nos despedimos de Kioto con un poco de pena... no sé si serán las bicis, el descubrimiento de unos cheetos flipantes en el 7eleven, el estar ya acostumbrados a la humedad o el que ya no nos de reparo pedir que nos quiten el aire acondicionado...

Vamos a pasar un día en Osaka para dirigirnos en avión, a la mañana siguiente, a Naha, Okinawa, y después, en ferry a Zamami.

Llegando al hotel cápsula de Osaka y gracias a los wifis gratis de las estaciones JR descubro que acaban de cancelar nuestro vuelo de mañana a Naha a causa del inmimente paso del tifón 15... Esta tarde íbamos a dedicarla a visitar el acuario de Osaka pero visto lo visto Chus y yo nos vamos al aeropuerto a ver cuando podremos volar.

Una hora más tarde estábamos contactando con el equipo Osaka para decirles que cogieran los bártulos y fueran al aeropuerto e intentaran cancelar la noche allí.  Vamos a volar hoy (fenomenal cambiar el vuelo con Peach) y a vivir el tifón en Naha hasta que el ferry pueda llevarnos a Zamami.

Tanto el vuelo como la tarde noche son tranquilas. Nada nos hace pensar que un tifón se acerca. Pero al despertar la historia ya es diferente. Llueve sin parar y hay fuertes ráfagas de viento.

Tras confirmas que nos hay ferrys hoy (lógico) decidimos ir al acuario de Okinawa, que debe ser una pasada. Pero no hay servicio de autobuses y hasta el acuario está cerrado...

En vista de lo cual tomamos la decisión de ir andando al puerto de Tomari (2 km) a ver si alguien nos informa de si el 25 habrá ferry.


Pasear bajo un tifón significa mojarte entre bastante y muchísimo, romper cada paraguas que abras y reír con nervios cada vez que hay una ráfaga fuerte. Todo esto vigilando árboles, señales y cornisas...

Pre tifón
Post tifón. Calaos y re calaos
Para colmo no hay nadie en el puerto (nadie de la empesa de ferrys) así que entramos a matar un poco el tiempo en un local de Pachinko (googlealo si te interesa) que son como las tragaperras de aquí y un rato después salimos con un poco menos de pasta. Y directos para el hotelillo cochambre en el que estamos para entrar en calor. (Hotel: Hotel Continental. Está en el barrio "rojo" y tiene aspecto viejjo y cutrillo, pero estuvimos fenomenal y los empleados muy atentos)

Jugando...
Empezamos a estar aburridos de Naha. ¡Queremos irnos a Zamami! Salimos a dar una vuelta sobre las 20h porque ya no llueve, el tifón ha pasado, y tras mucha vuelta por la zona de la playa/paseo marítimo entramos en un bareto que vemos en un segundo piso y parece que hay un concierto... ¡¡¡¡ta ta ta chán!!!! ¡¡Karaoke live!! Yeah.

Cansino en el karaoke. Venía a cada rato a decirnos lo amazing que éramos...
Lo petamos. Estos japoneses están encantados de tenernos en su garito. Como primera canción La Bamba, la única en castellano de ofrece su repertorio. ¡Ya nos los hemos ganado! Se vuelven locos, jajaja. Después de varias canciones, bailes y más canciones junto a un japonés despedimos la noche a ritmo de Macarena y Paquito el chocolatero. 

Petándolo
A todo esto hay que recordar que al otro lado del mundo, en Tapia, estamos de fiestas. Hemos montado nuestra verbena en Okinawa. ¡Viva San Bartolomé!

¡Viva San Bartolo!
Nos vamos, no sin antes despedirnos de toda la peña del bar y chocar los cinco con varios de ellos. Ha sido tremendamente divertido. Porque mañana ya vamos a poder irnos a Zamami en el ferry que si no aquí me tenían desde que abrieran...
 

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