El último día en Tokio recogimos la furgoneta que alquilamos y ponemos rumbo a Nagoya, donde dormimos para llegar a la mañana siguiente a Magome.
Salir de Tokio en vehículo es un poco rollo. Parece que la ciudad no acaba nunca y para colmo el gps que alquilamos (y configura el menda de nissan porque los menús están en japonés) decidió no llevarnos por la autovía, por lo que 40 km y 2 h más tarde paramos en un 7eleven a ver si el chico de la caja nos lo configuraba de nuevo. Tras esto todo bien. Lo único que aquí se conduce muuuuy lento y las distancias se hacen muy cansinas.
La idea era llegar a Magome para hacer un tramito de 7,9 km de la ruta Nakasendo, que fue una de las 5 rutas que conectaba Kioto con Edo (la antigua Tokio), hasta Tsumago.
Magome es básicamente una calle con una arquitectura tradicional muy bonita llena de tiendecitas y turistas. Tsumago igual, aunque para mi con más encanto (no sé si debido a que cuando llegamos estaban cerrando todos los locales y no había turismo).
Magome |
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